El diseño a los diseñadores nos da algo. Pocos conozco que hayan estudiado diseño porque de eso se pudiera vivir. Normalmente, en la investigación del “de que se trata esto” los que buscan canales de expresión son los que se quedan y los que buscan empleo migran rápidamente a profesiones que prometan mayores grados de certeza. El caso es que los que nos quedamos, nos quedamos porque encontramos medios de expresar, investigar, inventar, ayudar y sobre todo soñar, y es así como nos subimos al barco para navegar lidiando con aguas apacibles, atardeceres, riscos, lloviznas, tormentas y huracanes, saliendo siempre ya sea del atardecer o de la tormenta satisfechos, con nuevos aprendizajes y si nos ponemos vivos, con algo de pesca que nos permita vivir de la aventura. El diseño es rico por eso, de hecho, es por eso que la palabra no es solo de nosotros los diseñadores. La gente diseña platillos, hojas excell, estrategias de negocios, discursos políticos, argumentos legales, formulas médicas, circuitos integrados, declaraciones de amor y sistemas de enfriamiento. El diseño es compadre de la composición, la definición, el desarrollo, la escritura y la toma fotográfica.
El punto es que nosotros sabemos, teniéndolo claro o no, que el diseño nos gusta por algo. Y asumimos que eso por lo que nos gusta, es por lo que debe de gustar a los demás y si lo que nos hace falta a nosotros es expresarnos, ser reconocidos o aportar algo a nuestra cultura desde una perspectiva diferente, eso no quiere decir en ningún momento, que vaya a causar el mismo efecto en el observador o cliente. Volviendo al tema de la acción de diseñar, esa de la que hable en un “post” pasado y que consiste en visualizar una franja lineal que inicia en un extremo en vecindad con el arte y en el otro en vecindad con la técnica y el negocio, pienso que expresar y proponer no es tan grave del lado del arte, porque esos que se acercan buscando lo que les hace falta desde ahí, ya están capacitados o de cierta manera esperando recibir esa clase de mensaje. Pero en el otro extremo, ese del negocio y la técnica, es diferente. Esos no buscan ni les importa lo que nosotros buscamos ni lo que queremos decir.
El diseño es como un brillante tallado que se compone de una multitud de lados y cada lado hace una interpretación diferente a la luz que lo penetra. Ya sea desde la belleza, la usabilidad, la función, la repercusión ambiental, la cultura, la sociedad, la manufactura, los costos, la innovación, las leyes, la sociedad, la naturaleza… todo tiene una repercusión en el diseño que hacemos y cada una de esos lados, hace más o menos sentido a las personas involucradas. Ya sean mercadologos, ingenieros, contadores, administradores, CEO´s, asistentes, estudiantes o inversionistas, es sumamente importante escuchar que es lo que a cada uno le hace falta, y la razón por la cual se acerca a ti para resolver su vacío por medio de tu capacidad para diseñar. No te dejes ir solo por el impulso que te dicta tu vacio, escucha antes para que después tú seas escuchado y entonces, cuando descubras que es lo que les hace falta y logres resolverlo en base a diseño, es cuando descubrirás que todos pueden amar el diseño cuando el diseño puede ser eso que les hace falta.
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