Estuve estos últimos días revisando toda mi historia en “tweets” para recopilar todos los #SERdisenador que mande desde que se me ocurrió ese “#tag” por ahí de principios del 2010 y me sucedió que varios de mis “tweets” ya no los entendí por no recordar el contexto específico en el que los puse y de esos, que ya no entendí hubo uno que llamo mi atención y que escribí por ahí de julio del año pasado, que es cuando renuncié al Tec y volví por unos meses a las filas del emprendimiento que en mi caso no era tanto pues a donde volví ya lo tenía bastante emprendido. El caso es que me encontré un “tweet” que decía, “En esta vida el secreto está en el ritmo”, que como comenté no sé porque lo puse, pero ahora me volvió a hacer mucho sentido porque estos últimos meses en los que he venido coordinando un equipo de diseño de quince personas y en donde cada proyecto tiene medio centenar de involucrados directos entre vicepresidentes, desarrolladores de productos, mercadologos, ingenieros de diseño, tecnología y manufactura personal de adquisiciones y gente de finanzas he necesitado generar un ritmo que permita al proceso de diseño tener un mejor fluir, ante el sinnúmero de tropiezos que implica cubrir las expectativas de tanta gente.
Cuando hablamos de ritmo pareciera que uno se refiere a la música o el baile, o ya más entrados en gastos, a la manera de concebir o no concebir hijos, pero en realidad el ritmo esta en todo lo que hacemos. El ritmo es esa coordinación que requiere la vida para fluir y no andar jaloneándose como cuando sacas “el clutch” antes de tiempo. El ritmo existe cuando una cosa con otras más deben de interrelacionarse de una manera coordinada para que coexistan de mejor manera y juntas hagan una creación conjunta. La misma naturaleza tiene su ritmo; la luna con la tierra, la tierra con el sol y el sol con los demás planetas y gracias a ese ritmo tenemos años, días y lunas llenas cada 28 días y lo más maravilloso es que el universo lo hace sin pensarlo, pues la luna no se le ve preocupada por seguirle el paso a la tierra o a la tierra tratando de coordinarse con Mercurio o con Marte. Una simulación humana de los planetas y el sistema solar son los grandes bailes del renacimiento en los que las parejas, que seguramente habían aprendido a bailar desde chiquitos, llevaban un ritmo de una manera suavecita, intuitiva y coordinada rotando a su alrededor y girando alrededor de un centro. Lo bonito con estos bailes y que afortunadamente no sucede con los planetas es que en un momento dado, que nadie dice pero todos saben, se cambiaban de pareja, así, llevando el ritmo y compartiendo con diferentes personas la música y el movimiento en un todo que formaba un bello conjunto al ritmo de las cuerdas de los violines. En el diseño, lo que nos pasa es que los diseñadores hacemos nuestros bailes después de que los de mercadotecnia hicieron el suyo y los ingenieros esperan a que terminen de bailar los diseñadores para ponerse a bailar ellos y cuando unos van a las fiestas de los otros, es para armar la bronca o andarse burlando de cómo bailan y esto no debe de ser así, pues es precisamente por esta razón que no se nos quiere invitar a sus fiestas. El diseño requiere de un ritmo común, de una misma fiesta y esta debe de incluir clientes, mercadologos e ingenieros. Contrario a lo que enseñamos en las escuelas, el proceso de diseño no es un proceso lineal en el que en un momento dado se pasa la bolita de uno a otro. Diseñar es un baile renacentista en el que empiezas a bailar con todos desde que está naciendo la idea o la necesidad hasta que sale el producto a la venta. Diseñar bien es como bailar con ritmo, con armonía y con todos los de la fiesta.
Los asistentes al baile son diseñadores, clientes, gentes de mercadotecnia e ingenieros y cada grupo a su vez es como el representante de las partes básicas o factores del diseño por tener cada uno un interés claramente ligado con su disciplina. Por ejemplo, el diseñador estará muy atento a la parte estética o como la llamo yo, de generación de empatía, la cual es bastante subjetiva, está basada en juicios personales y consiste en lograr una conexión optima con un perfil especifico de consumidor al cual le definimos sus gustos de acuerdo a como vive y lo que compra. La persona de mercadotecnia por su parte estará atenta al segundo factor el cual tiene como objetivo cumplir o rebasar las expectativas de los consumidores en cuanto al uso y la función del objeto, esto para poder hacer los “claims” que tanto les gustan como “el auto más seguro de su clase” o “el cereal más rico en fibra” o “la computadora más veloz” o “el el agua embotellada mas natural de todas”. A este segundo factor yo le llamo la confiabilidad y su característica es que, contrario al primero, este siempre es o debiera ser fácilmente medible. La parte tres o tercer factor es el que preocupa a los ingenieros y es el de la tecnología, los procesos, la producción y los costos, al cual yo llamo la materialización y su característica es que debe de ser especificable y medible, o sea que no puedes decir solo que es de lamina, o de madera, o que está pintado. Tienes que decir es de lamina de acero inoxidable calibre 20 tipo 390 acabado “Scotch brite” o es de tablero tipo MDF de ¾ de pulgada con acabado en laminado color “Yellowstone” de una sola cara, y es que si no lo pones así, pues los ingenieros se preocupan. Todos los factores representan una disciplina y todos están interconectados, y aunque cada uno tiene su momento, siempre que trabajas en resolver uno, debes de considerar la afectación que tienes en los otro dos y por ende la manera que la decisión que se toma inquieta a las demás personas. La priorización de cada factor y su interrelación con los otros dos, es lo que requiere un ritmo específico que como todo baile, tiene parte de estructura y parte de improvisación, esta ultima derivada de lo que se necesita y lo que surgió en ese momento.
El gran baile del diseño se lleva acabo así. Iniciamos los diseñadores bailando por conquistar a la empatía y a la belleza. Esta pareja es por supuesto lo que más nos gusta y queremos conquistarla, así que observamos, aprendemos, preguntamos, escuchamos e imaginamos. Trazamos, dibujamos, componemos y después de una vueltecita, nos cambiamos de pareja y bailamos con nuestra mamá, la mercadotecnia, que es quien siempre nos pide las cosas y le encanta andar presumiendo las cosas que hace su hijo en público mientras nos regaña en la casa. Le hablamos de la chica ésta con la que estaba hace un rato y le enseñamos los dibujos y los trazos y le modelamos una maquetita y le platicamos así, bonito y cantadito todo lo que nos imaginamos en el futuro con ella si estuviéramos juntos los tres. Le platicamos de sus atributos y todo los “claims” que podrá andar presumiéndole sus a sus amigas y luego, la dejamos hablar para ver que piensa y nos diga algo así como; “pues si se ve bonita, pero asegúrate de que eso qué me dices sea cierto y que en efecto se sepa comportar la chamaca, que venga de buena familia y que sea buena mujer en el hogar”, y le agradecemos, hacemos la caravana, y nos despedimos para luego bailar con los suegros y les sonreímos y les platicamos de nuestros planes con su hija y le platicamos del futuro y le proyectamos historias y le hablamos de procesos, de negocios, de costos y de esas cosas que dan certidumbre y les interesa oír a los suegros y ellos nos dice que sí, pero ponen también sus condiciones y luego volvemos con la muchacha y le preguntamos y le sugerimos y la condicionamos y la convencemos y así, ya mas formada la visto y la pinto y le tomo una foto y volvemos con nuestra mama a evaluar los cambios y con los suegros a plantear los logros y los escuchamos a todos de vuelta, que piensan, que les inquieta y ya avanzada la cosa, se las pongo bien bonita, en su contexto y toda la cosa y se las presento, así ya completita, para que la vean le den la vuelta, le pregunten y toda la cosa hasta poder, con la sugerencia y participación de ambos, concretar el matrimonio el cual tendrá mayor posibilidad de éxito que si hubiera usado el proceso lineal en el que un día mi mama y los futuros suegros me ven bailando y seis meses después les llego con la invitación para que nos casemos mañana.
El ritmo en el diseño consiste en danzar con todas las partes, mostrando bondades y detectando conflictos y atendiendo inquietudes desde el principio. La música es la metodología que nos permite tener un ritmo con los involucrados. El nombre de la canción es los Di-Visores y pronto estaré compartiendo más información sobre esta canción que requiere mucha intuición y poco pensamiento.
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