"... en nuestro mundo lo que sabemos y lo
que no sabemos coexiste fatalmente en una nebulosa, fatalmente unidos, hermanos
siameses, caos, caos... ¿quién diablos puede distinguir el mar de lo que en él
se refleja? ¿puedes tú distinguir entre la lluvia que cae y la soledad? Así
pues, renuncio con gallardía a distinguir el conocimiento del desconocimiento.
Este es mi punto de partida. Un terrible punto de partida, tal vez. Pero las
personas necesitan partir de algún punto. ¿no es así? En consecuencia, tema y
estilo, objeto y sujeto, causa y consecuencia, Yo y las articulaciones de mis
manos, todo se toma como una unidad indivisible. Todo el polvo esparcido por el
suelo es una única cosa, una mezcla de sal y pimienta y harina y fécula de
patata."
Leí este
párrafo durante las horas de espera de mi reciente viaje a China y me gusto porque
lo que sucede en los viajes, sobre todo cuando se viaja a culturas diferentes, es
que uno se la pasa además de esperando, tratando de entender. ¿cuál es la
historia? ¿porque hacen lo que hacen? ¿porque dicen lo que dicen? ¿que sí que
es lo que eso significa? ¿qué cuantos son? ¿qué de donde vienen? ¿porque comen
eso? ¿y cómo lo cocinan? ¿porque se construyo esto? ¿porque son así? ¿cuándo
paso? ¿qué piensan?... y en esta catarata de preguntas que vienen y salen de la
mente, lo único que se percibe es ese maravilloso afán que tenemos los seres
humanos por entender las cosas. Nuestra bendita curiosidad es el detonador de
muchas cosas buenas y malas, dentro de las cuales está el avance, el cambio, la
evolución y por supuesto el diseño y la innovación. Usando la curiosidad tratamos
de entender, porque al entender aparentemente podemos prever, y prever es ver
antes, y ver antes es poder adivinar el futuro y por ende, tener certidumbre de
lo que va a pasar y eso, a los humanos nos encanta. Lo que a mí me inquieta en
este afán del entendimiento, es que normalmente se quiere entender sintetizando
o generando un juicio en el que un solo factor, una razón o una situación específica
explica y da sentido a la totalidad de un evento o problema. Este tipo de
pensamiento, toma un problema y lo desglosa separando parte por parte hasta
encontrar "la causa única" y que si bien, el haber entendido en una
síntesis nos deja tranquilos por un rato, la verdad es que ese aparente
entendimiento, se derrumba fácilmente llevándose tranquilidad y todo. En este
afán de entendimiento y síntesis, la comparación es la herramienta preferida.
Basta tomar el problema, desglosarlo y empezar a compara con los parámetros
existentes y, si no me caza la cosa, pues entonces se fuerza lo observado justificándolo
hacia lo conocido para poder hacer la síntesis y entender de una vez.
Si bien
para entender razonamos, el entendimiento no se da solo en el cerebro. En
realidad los verdaderos sensores para el entendimiento son nuestros sentidos y
tratar de entender está más ligado al sentir que al razonar y un ejemplo de
esto es cómo, cuando expresamos un intento de entender lo ligamos inconscientemente
a un sentido; "esto me huele muy mal", "me incomoda la situación",
"mejor échale un ojo al asunto" ó "lo que pasa es que es un
pobre amargado". Todas estas expresiones buscan entender usando como
referencia el uso de nuestros sentidos convirtiendo el sentimiento en
entendimiento.
En esta
vida nosotros, el pasado, el trabajo, el país, la familia, nuestra circunstancia,
el reto, el enamoramiento, el futuro, el rencor y los negocios son un cúmulo de
historias, eventos, costumbres, errores, juicios, palabras, recuerdos, objetos
y creencias, entre muchas cosas más, que se superponen, como filtros translucidos
para formar una imagen que nos pinta una realidad aparente. Ninguno de esos
filtros es más importante que el otro y querer entender desglosándolos puede
dar un parámetro, pero nunca nos dará una realidad total y, puede ser que un factor
dentro de todos sea más evidente, o más entendible, pero no por eso será el más
importante. A veces es en lo no evidente o lo desconocido, donde se encuentra lo
importante y es lo que no se tenía contemplado lo que finalmente nos sorprende.
Preguntas como ¿qué pasa con esta persona? ¿qué pasa con este país? o la
supertemida por los diseñadores, ¿cuál es el mejor diseño? son difíciles de
contestar así, con un solo filtro. Estas preguntas solo se pueden responder con
una visión holística de la suma de los filtros que nos dan como respuesta un
sentimiento y la mejor forma de entrarles no es diciendo ¿qué paso? y ¿cómo
entendemos esto? sino más bien alertando todos los sentidos por un buen rato
para después hacer la pregunta mágica, ¿qué es lo que estoy sintiendo? y ¿Que
es lo que como conclusión de esto tengo que hacer? Desde mi perspectiva
personal, y como lo dice Sumire nunca entenderemos del todo y nunca debemos de
tener la confianza total de haber entendido, por ende nunca debemos de dejar de
seguir oliendo, observando, palpando, escuchando, o sea sintiendo. Creo
fielmente que viene mejor el entendimiento cuando nos concentramos y aprendemos
a sentir que cuando solo nos ponemos a razonar. No por nada cuando no sabemos
la respuesta decimos, "pues te lo contesto de feeling". Algo importante alrededor de los sentimientos es que
también todo comportamiento es resultado de un sentir y todo sentir es
autentico y difícilmente cuestionable aunque no se entienda o no se comprenda.
Ya sea país, mercado, departamento, bosque, mujer, hijo o mascota todo el ser y
el hacer parte de un sentir y es por eso que es posible entender y no estar de
acuerdo, o entender y no comprender y para lograr entender lo que no se
entiende, hay que ampliar y/o modificar nuestro catalogo de parámetros cuestionando
lo que hasta ese momento es para nosotros válido, coherente y/o lógico para dar
autenticidad a los sentimientos ajenos. Es buscando la causas que originan los
sentimientos como generamos el entendimiento del entendimiento, que es entender
cómo el otro entiende y por ende cómo se comporta, teniendo siempre muy claro por
supuesto, que detrás de eso que acabamos de entender hay muchas cosas que aún
no entendemos y tal vez no entenderemos. Para concluir: Hay que aprender a
vivir sin querer entenderlo todo y para tomar decisiones hay que apelar más
seguido al sentimiento. Por supuesto que esto así de entrada como que "te
huele" a riesgo, y eso, como ser humano, pues no te hace sentido. Sin
embargo, si al entender en realidad no entendemos, pues entonces no hay mayor
riesgo que el que se corre por no querer correr el riesgo.